En Agosto, cuando una mala sequia golpeo al pueblo, una serie de sangrientos asesinatos empezaron a ocurrir en el pueblo. Cada noche, una casa seria asaltada, y cualquiera que viera al intruso seria rapida y BRÜTALmente abatido. Nunca se robaban nada, salvo por las sobras de comida.
Despues de dos semanas de esto, el tendero local puso unas cuantas manzanas y un vaso de leche en la plaza del pueblo, de la noche a la mañana. Entonces el se escondio en la torre de la iglesia, esperando vislumbrar a cualquiera que llegara.
Luchando contra la fatiga, el tendero espero por cualquier señal de vida en la plaza. Justamente a la medianoche, fue recompensado por una escalofriante vision; un hombre, cargando una blosa llena de aburridos instrumentos metalicos, vistiendo bendas de paño de pies a cabeza, entro en rango visual. El se detuvo cuando vio la leche y las manzanas, y voltio a todos lados, como si buscara al que se atrevio a frecuentarlo. Cargado de miedo, el tendero se agacho quedando fuera de vista, quedandose asi hasta el amanecer.
El extraño hombre solo tomo una de las manzanas, y ni siquiera toco el vaso de leche. Ninguna casa fue asaltada, y nadie fue asesinado. Por decadas, el pueblo continuo dejando una manzana o dos durante la noche, incluso cuando cada una de las manzanas dejo de desaparecer...
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