Cuando finalmente encontramos las vías, detuvimos el auto, estacionándolo lo más cercano posible a las vías. Ambos nos encontrábamos un poco nerviosos y asustados, sólo nos quedamos ahí esperando que algo pasara. Justo cuando estábamos a punto de abandonar el lugar, el auto comenzó a rodar. Estábamos demasiado asustados que solo nos pudimos abrazar mientras jadeábamos con los ojos muy abiertos. Después de lo que pareció una eternidad (que en realidad fueron menos de 5 minutos), el auto dejó de rodar. Miramos a nuestro alrededor y estábamos lejos de las vías de tren.
Ahora, supongo que eso no parece tan escalofriante, pero lo que vimos nos asustó demasiado que inmediatamente nos subimos en el auto e hicimos un viaje de seis horas para regresar a casa ESA MISMA NOCHE. Ambos nos bajamos del auto y nos dirigimos a la parte trasera, después del viaje, nuestro auto había acumulado un poco de polvo. Claro que eso no asusta para nada. Lo que en realidad nos asustó, fue ver huellas de manos en toda la parte de atrás. Todas eran del tamaño de manos de niños.
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