Una leyenda urbana japonesa cuenta que si sientes una presencia detrás de la puerta del baño debes tener cuidado, tal vez sea el espíritu de Hanako-san. Una niña que murió en el colegio y espera encontrar a alguien con quien vengarse.
Hanako-San es una niña fantasma (adolescente
en algunas versiones) que acecha en los baños de las escuelas
japonesas. Los japoneses la llaman “Toire no Hanako-San”, que
literalmente significa “Hanako del baño”.
Ella tiene el pelo ligeramente corto, negro y lacio, usa una falda roja y su mirada, según cuentan, es capaz de helarle la sangre al más valiente.
Habita el tercer cubículo de los baños del tercer piso; en otras versiones de la leyenda, el cuarto cubículo; ya que,
en Japón, el 4 es considerado un número maldito por su semejanza
fonética con la palabra ‘shi’ (muerte). Su espíritu generalmente pena en
los baños de mujeres, pero no son pocos los casos de chicos que han
salido despavoridos por encontrársela en medio del mal olor, la humedad y la penumbra, ya que
ella suele preferir los baños descuidados y poco iluminados, por lo
cual los profesores, aprovechándose del miedo que inspira Hanako-San,
recomiendan a sus alumnos mantener limpios los baño.
El riesgo de encontrarte con Hanako-San
es mucho mayor si estás solo o sola: entonces, ni pienses en abrir la
tercera o cuarta puerta, porque allí la vas a encontrar, y la mirada
que te dedique rondará tus pesadillas por el resto de tu vida, puesto
que la habrás hecho enfurecer al irrumpir su privacidad (eso si
consigues sobrevivir)…
Por otra parte, cuentan que, si no abres
la puerta tres o cuatro pero sientes una presencia en el baño, muy
probablemente se trata de Hanako-San. ¿Existe forma de averiguarlo? Por
supuesto, provocándola, incitándola a manifestarse, para lo cual puedes
tocar la puerta tres veces, llamarla por su nombre, o hacer la pregunta
clave: “¿Hanako, estás allí?”… No es seguro que te responda, aunque si
lo hace, la mayoría de versiones cuentan que dirá con voz baja y
calmada: “Sí, estoy aquí”. Una vez que sepas que está allí, realmente
tendrías que tener agallas para abrir la puerta, pues estará aún más enfadada
que en los casos de quienes abren la puerta sin haber preguntado. No
obstante, si tienes un examen en el que hayas obtenido la máxima nota,
puedes estar tranquilo pues se dice que Hanako-San se calma y desaparece
(desvaneciéndose) cuando ve que eres un gran estudiante… Sin embargo,
una versión afirma que ella, tengas o no el examen, desaparecerá
metiéndose en el inodoro y accionando la válvula…
Ahora bien, hasta ahora solo se ha presentado la visión más extendida de la leyenda, ya que existen conocidas variaciones en las que Hanako-San se manifiesta de formas sencillamente aterradoras:
• En la prefectura de Yamagata, cuentan
que Hanako-San no siempre responde con voz calmada: puede responder con
voz ronca, como de poseída por el Diablo, y entonces, aunque no mueras,
podría atacarte o asumir un aspecto tan monstruoso que necesites varias
visitas al psicólogo… O bien, según otra creencia de Yamagata, es mejor
que jamás abras la puerta pues Hanako no es una niña sino un demonio que
emplea voz de niña para que los curiosos caigan y se queden helados al
ver que en realidad se trata de un engendro con tres metros de altura y
tres asquerosas y viscosas cabezas de lagarto.
• En cierta escuela de la ciudad de Kurosawajiri, cuentan que, si te metes al cuarto cubículo y dices tres veces “ichibanme hanako-san, nibanme hanako-san, sanbanme Hanako-san” (primera Hanako, segunda Hanako, tercera Hanako), una mano blanquecina aparecerá por encima de la puerta del baño, resplandeciendo espectralmente con su luz de ultratumba…
• En una escuela de la ciudad de
Yokohama, los alumnos creen que, si vas al cuarto cubículo del baño de
los chicos y le das vueltas al inodoro unas tres veces o más mientras insultas a Hanako-San, una mano ensangrentada ascenderá desde el hueco del inodoro e intentará atraparte.
• Diferente a las anteriores, en muchas
escuelas de Japón existe la superstición de que, si te raspas la rodilla
en el patio de la escuela, te podría salir el temido “Hongo Hanako”, el
cual es como una mancha blanquecina que, según cuentan, de alguna u
otra forma te transmite Hanako-San desde su costra, puesto que ésta está
llena de ese tipo de hongo.
Probablemente te preguntarás cuál es el
origen de Hanako-San, y desde cuándo empezó a hablarse de ella. La
verdad es que ésta chica fantasma ha estado en boca de los japoneses
desde la década de los ochenta, ya que en ese entonces emergió como
leyenda propia de la cultura popular urbana. No obstante hay quienes
dicen que ya en los años cincuenta se hablaba de Hanako-San, aunque
mucho menos. En cuanto a su origen, se han planteado las siguientes
versiones:
• Durante la Segunda Guerra Mundial,
Hanako-San estaba jugando a las escondidas cuando ella y los demás
alumnos fueron sorprendidos por una alarma de bombardeo, y entonces ella
se escondió en el baño y allí murió cuando las bombas enemigas la
volaron en pedazos…
• El padre de Hanako-San era un sujeto abusivo, violento, pervertido y medio loco, que cierto día enfurecido la persiguió para matarla, dándole muerte en un baño después de que ésta se escondiera allí.
• Hanako-San murió en un accidente. Unas versiones (en Fukushima) dicen que se cayó por la ventana de la biblioteca de la escuela; otras, más coherentes, que se cayó por la ventana del baño.
• Parecida a la del padre, una versión
cuenta que la madre de Hanako tenía problemas mentales y estaba
perdiendo progresivamente la cordura, hasta que un día perdió la razón e
intentó matar a su hija, dándole muerte en el baño, lugar en el que
Hanako se había escondido.
• La más siniestra de las versiones,
cuenta que la escuela (muy probablemente un internado) de Hanako estaba
en un área boscosa, y Hanako había salido a dar un paseo entre los
árboles, cuando de pronto se percata de que un hombre (con un hacha en
la mano) la estaba mirando en forma perversa
y malintencionada, ante lo cual ella se asustó y echo a correr rumbo a
la escuela (que al parecer estaba casi vacía en esos momentos),
ocultándose en un salón, donde estuvo agazapada hasta que, ante la
proximidad de las amenazantes pisadas, corrió rápidamente al baño, donde
se ocultó en el cuarto cubículo, cerrando la puerta con picaporte. Sin
embargo el hombre escuchó el ruido de la puerta y sabiendo donde se
escondía dijo en voz alta: “”hanako-san asobimashou” (¡Vamos a
jugar, Hanako!)… Y entonces comenzó a fingir que la buscaba, hasta que
llegó al baño y a hachazos, destrozó la puerta del baño y el despedazó a
Hanako…
• Por último, algunos creen que Hanako
se suicidó en el baño, cosa que sí es creíble puesto que Japón tiene uno
de los mayores índices de suicidios, incluyendo casos de adolescentes y
niños, los cuales algunas veces se han matado por la presión social en
torno a la obtención de buenas notas, tales como las que hacen que
Hanako se desvanezca… ¿será por coincidencia?…
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