Desde ese momento, fui recuperándome lentamente, cuidando de mi vida y volviendo a tener una salud perfecta. El único problema que me llevó a mi enfermedad, fue, mi obsesión por el chocolate. Pagué por semillas de cacao oscuras del Amazonas para ser enviadas a los mejores chocolateros belgas mensualmente. Pero lo dejé completamente por mi salud. Recientemente, hablé con mi doctor, y me dijo que me permitía comer chocolate de nuevo, pero en pequeñas cantidades. Que suerte para mí, ya que justo había elegido un restaurante especializado en postres. Era un invitado en nombre de mi amigo, así que fuimos recibidos en la cocina con un aspecto gótico donde se te sirve una experiencia. Ibamos en un grupo de siete, liderados por un huésped que nos llevaba a través de los cursos. El primer curso era tocino crujiente de cacao amargo con glaseado oscuro. Sabía que estaba mal para mí disfrutar de tal riesgo, pero era la primera vez en años, así que lo permití.
Le pregunté al huésped que tipo de tocino usaban, ya que no sabía al típico tocino de cerdo. ‘’Es una fiambre de edad, que ha sido empapada por una semana en vino, no es un tipo común, pero tenemos un buen proveedor en la ciudad.’’ El siguiente curso era una gelatina de chocolate parecida al flan, glaseada otra vez con una deliciosa salsa amarga oscura. Dado que se trataba de sabores que nunca había probado antes, pregunté lo que eran. ‘’La gelatina es un polvo fino, hecho de la medula y los huesos de los pies de la especie bovina, se elige la mejor carne tierna y grasa. La mayoría de nuestros ingredientes son de por lo menos un año’’. Nuestro curso final vino a ser una carne cauterizada oscura y suave, con un fuerte y ironico, como una mezcla entre el ‘’foie gras’’ y la carne. La porción era extremadamente pequeña, y cocinada otra vez en salsa de chocolate oscura con champiñones salteados. ‘’Debes contarme de donde consigues esta carne, es tan deliciosa, quiero aprenderme más recetas’’ pregunté. ‘’Nuestra técnica viene de las antiguas practicas mayas de servir carne con chocolate, los órganos internos del animal son delicias sacadas frescas del cuerpo, pero preferimos envejecer y curar nuestras carnes, y disfrutar de los riñones en salmuera. Conseguimos nuestros suministros diariamente del Instituto LaVer.’’
0 comentarios:
Publicar un comentario